¿Mi lema? Vive. Ese es mi lema de vida. Puede sonar corto, tal vez tonto, quizás demasiado simple, pero en realidad es más sabio de lo que se escucha y su significado mucho más largo de lo que se lee. Lo que quiero decir es lo que se ve, vive. Deja de soñar y empieza a vivir tus sueños. Porque vivir no es sólo quedarte allí y existir. No es sólo respirar, es sentir como el aire pasa hacía tus pulmones. Es más que solo comer, es saborear. Es más que solo mirar, es observar. Es más que solo oír, es escuchar. No es copiar, es crear. No es paz, es equilibrio. Equilibrio entre lo bueno y lo malo, entre la felicidad y la tristeza, el odio y el amor. Puedes caerte pero debes levantarte, puedes llorar todo lo que quieras pero tarde o temprano debes sonreír, puedes callar pero en algún momento tienes que gritar. Cae en malos hábitos pero rehabilitate. Sueña toda la noche pero despierta por la mañana.

La vida no es amable, tampoco intenta serlo. Eso es lo que más bella la hace. Esa mezcla de sentimientos tan hermosos como la felicidad, tan dolorosos como la tristeza, tan intensos como el odio y tan indescriptibles como el amor. La idea no es sólo ser feliz, porque si siempre fueramos felices la felicidad ya no tendría sentido. ¿Cómo se puede saber que es felicidad si no se conoce la tristeza?
Deja de quejarte de las cosas que no te gustan de la vida. Y si quieres algo, no te rindas, juegatela. Así que deja de mirar el las manecillas del reloj y no pierdas más tiempo. Haz el ridículo, baila en público, canta a todo pulmón, sal con alguien que no sea para ti, enamorate, di todo lo que sientes, consigue un trabajo, ama con todo tu corazón, di la verdad, deja tu trabajo, llora hasta que no te salgan más lagrimas,

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